La tangente

Nets como excusa 

Hoy en día, pocos son los osados escépticos que no ven en el mundo del deporte una vía segura de negocio. O al menos, un complemento para seguir expandiendo un imperio. Este es el caso de Shawn Corey Carter. Es probable que a muchos este anglófono nombre no les otorgue demasiadas pistas. ¿Qué tal si decimos Jay-Z? Sea como fuere, en ambos casos hablamos del rápero más rico del mundo en los últimos años, tal y como publica anualmente la prestigiosa revista Forbes. Pero, a sus 42 años, hace tiempo que su música dejó de ser la única de sus preocupaciones. Sus pegadizas rimas constituyeron el trampolín que le catapultó a lo más alto del panorama mediático 'yankee'. Su historia, como la de tantos otros afroamericanos, comienza en algún barrio deprimido de un gran núcleo urbano. Las Marcy Projects,  una zona de viviendas de protección oficial en el corazón del carismático distrito neoyorquino de Brooklyn, vieron nacer a uno de las celebridades con más parangón del planeta. Detrás de la dura vida de correrías y trapicheos propia del gueto, se escondía un hombre de negocios de los pies a la cabeza. Los millones llegaron a su vida para quedarse y los austeros apartamentos que le vieron dar sus primeros pasos han sido sustituidos por mansiones, suites y yates. De la línea del suburbano de la Gran Manzana con parada en Marcy solo le queda su 'aka'. Mejor un jet privado o un Ferrari de varios miles de dólares.  Capaz de vender un perfume, poseer su propia línea de ropa (aunque luego se quedara como gerente de la marca tras añadir algún cero más a su engrosada cuenta), ser imagen de una marca de champagne, casarse y procrear con otra 'celebritie' o invertir en un equipo NBA. Todo ello sin descuidar los micrófonos y espectáculos a lo largo y ancho del globo.  

Como buen profeta en su tierra, además de aficionado al deporte, Jay-Z quiso levantar el ánimo y la desidia casi crónica de los aficionados de los New Jersey Nets. La franquicia residente en Newark no digerió del todo la ruptura del bloque que llevó a la ciudad de Newark  a dos finales (2002 y 2003) de la NBA consecutivas. Los Knicks (la marca por excelencia) se antojaban territorio prohibitivo (por cuestiones empresariales) así que decidió recordar tiempos de High School en Trenton, donde no llegó a graduarse, y mirar a la franquicia vecina. Una inversión de doble filo que le traería más fama y reconocimiento. Más que por su condición de socio minoritario de la franquicia gobernada por la tercera fortuna rusa Mikhail Prokhorov, el hombre que intentó entorpecer sin demasiado éxito a Vladimir Putin el camino al Kremlin en las últimas presidenciales, la valía de Jay-Z reside en la ambición que ha caracterizado su meteórica carrera. Y sin más dilación, con la ayuda de la entidad financiera británica Barclays, apostaron por la construcción de un nuevo pabellón en Brooklyn que acogerá a los Nets a partir de la próxima temporada. 35 años después, las paredes del Prudential Center de Newark echarán en falta el limpio sonido del cuero naranja sobre el parqué.

A finales de septiembre, pocos días antes de que se dé el pistoletazo de salida a una nueva etapa en la mejor liga del mundo, Carter tiene previstos ocho conciertos en el nuevo Barclays Center. Aunque en el plano deportivo las expectativas son pobres, se prevén ilusiones renovadas. Una inauguración por todo lo alto.  "Mi objetivo era tener un disco de oro y así fue. Luego llegó lo otro. Quiero demostrar que un artista puede ascender a los rangos ejecutivos", asegura confiado el polifacético artista. Sin duda, un héroe para Brookyln y para todos los vecinos que ven en él la personificación del sueño americano.






MJ vs MJ


Vídeo único e irrepetible. Dos de los mayores astros, cada uno en su campo, juntos en un vídeo musical. Y en la imagen se juega baloncesto. No, no estáis equivocados, son ellos dos. Michael Jackson y Michael Jordan comparten plano en un videoclip del primero. En 'Jam', primera pista del disco del 'Rey del Pop' Dangerous, ambos artistas juegan y bailan haciendo el sueño realidad de muchos fans. Ocho minutos que nadie a quien le gusten estos iconos de nuestra era se puede perder.

Maradó, Maradó

Diego Aramando Maradona, el futbolista más grande de todos los tiempos según el clamor popular, con permiso de Cruyff, Pelé, Zidane, Di Stefano o Messi, marcó en la historia como problabelemente ningún otro hizo. Ya sea por su fuerte personalidad, su nacionalidad Argentina ( y lo pasionales que son los argentinos, que algunos llegaron a hacer alrededor de él una religión) o por su indiscutible calidad, Diego Armando Maradona está en el podio del 'deporte rey'. Y cómo no, otro argentino debió ser quién hiciera la canción de fútbol más famosa de la historia, sin contar con la melodia de la serie 'Oliver y Benji'. Se llamaba Rodrigo y creó el tema de Maradona, 'La mano de Dios', en referencia clara al gol que marcó con la mano. Disfruten esta bachata sin igual que es tan pegadiza como emocionante.  

'Rauchen verboten'

Cualquiera podría pensar al leer estas dos palabras que se trata del nombre y apellido de uno de los jugadores de la gran Naranja Mecánica que, comandada por el mítico Johan Cruyff y dirigida por Rinuls Michels, llevó a Holanda a las finales de la Copa del Mundo en los años 1974 y 1978; o quizás de aquel Barça de 1997 donde el técnico tulipán Louis Van Gaal incorporó a un gran número de compatriotas como Cocu, Bogarde, hermanos De Boer, etc.
Nada más lejos de la realidad. Para todo el que no chapurree el idioma alemán estas dos palabras traducidas al castellano cobran el significado de “prohibido fumar”. Esto es lo que le debió decir el técnico del Real Madrid, José Mourinho, al jugador de su plantilla, Fábio Coentrão (en luso por supuesto) cuando este fue pillado por unos paparazzi fumando un cigarrillo a la puerta de un famoso restaurante madrileño la noche de su cumpleaños y que a posteriori le costaría la desconvocatoria contra el Villarreal Cf. como castigo impuesto por su entrenador.
Pero no es ni mucho menos un caso aislado. Son muchos los deportistas de élite de diferentes disciplinas los que han sido cazados dándole al vicio. Puede que, debido al sacrificio y presión que sufren durante su corta vida profesional y que no les permite en muchas ocasiones vivir la juventud como a cualquier otra persona de su edad, así como las ganas de probar lo “prohibido” o saltarse las reglas, siempre impuestas por los que les pagan o simplemente porque les apetece sean razones suficientes para echarse un cigarrillo a la boca y disfrutar o no del sabor y olor que dicen unos pocos “engancha”.
La primera imagen que viene a la cabeza cuando pensamos en un deportista visto fumando es como no la del “Señor de los Anillos”, según le apodaba el genial y ya fallecido comentarista y experto en baloncesto Andrés Montes o como más comúnmente se le apodaba “Air Jordan”. Era un gran cigarro habano uno de los primeros en acompañar al mítico Michael Jordan sobre el parqué cada vez que conseguía un anillo, y fueron seis. No sólo el parqué sino la rasurada hierba de numerosos campos de golf, paddocks de motociclismo o campos de béisbol han sido también fumadores pasivos de los humos de “His Royal Airness”.
Si nos venimos más cerca, a Europa por ejemplo, también nos topamos con grandes figuras del deporte que han sido vistas con un pitillo en la boca. Reconocida es la afición del ex –futbolista del Real Madrid  Robert Prosinečki de quién se llegó a decir que se fumaba dos cajetillas de tabaco al día y que llegó a saltar al campo un post-partido a fumarse un pitillo en uno de los corners mientras charlaba con un compañero tranquilamente.
Más ex –futbolistas, estos de categoría mundial, como el mediocentro por excelencia de la historia del balompié  Zinedine Zidane junto a sus compañeros de selección Fabien Barthez o Laurent Blanc o el idolatrado Ronaldo Nazario ex –delantero de “pequeños” equipos como FC Barcelona, Inter de Milán o Real Madrid o actuales estrellas como el delantero del Manchester United Wayne Rooney, el italiano y mejor portero del mundo durante muchos años Gianluigi Buffon, Mesut Özil actualmente en las filas del Real Madrid o el ya para muchos mejor jugador de la historia de este deporte Lionel Messi han sido cazados con un cigarrillo en la boca.
Un acto que no está bien visto no sólo por los clubes de los deportistas, sino por los aficionados de los equipos que pagan por ver dejarse la piel a sus estrellas y esperan espectáculo y buenos resultados. El hecho es que mientras sigan haciendo maravillas con un balón de fútbol o baloncesto, una raqueta, un palo de golfo o en una piscina mismamente, los resultados sean los esperados y no haga mella en su rendimiento, el tabaco seguirá estando ahí para aquel deportista que quiera optar por dar una calada de rebeldía.